Archivos por Etiqueta: venezuela

Venezuela: Oye mi negro, Capriles los tiene locos – por Teodoro Petkoff

En el PSUV, definitivamente, se han desatado los diablitos de la paranoia, y es de temer que también los del miedo. Cada ocurrencia es más estrambótica que la anterior. Llega Chávez de Cuba tirando un tubazo: el gobierno ha descubierto que se prepara un complot para asesinar a Henrique Capriles Radonski y le ofrece protección especial. Lo curioso es que tengan todos los datos sobre esa conspiración (Chávez dixit) y no hayan apresado a ninguno de los presuntos asesinos.

De tanto inventar complots contra él mismo, ninguno de los cuales jamás se produjo y tampoco arrojó responsables que hubieran sido detenidos, Chacumbele, consciente de que las tentativas de su asesinato ya no las cree nadie, ahora inventa complots contra su rival electoral, tan farsescos y grotescos como los que se atribuía contra sí mismo. Lo difícil es entender cuál es el propósito de este flato.

¿Asustar a Capriles? ¿Provocar respuestas paranoicas en este, que lo desestabilicen emocionalmente? ¿Intimidar al pueblo en general? ¿Crear las condiciones para un atentado verdadero que se atribuiría a sectores de la propia oposición, supuestamente decepcionados de su candidato, y aquí se arma la de San Quintín? Vaya uno a saber.
Pero lo cierto es que luce tan poco creíble como los atentados fantasmas contra Chacumbele y revela que aparte de la “rabo `e cochino”, si acaso, ya a Chacu no le queda nada en la bola. Hace seis años inventó lo mismo contra Manuel Rosales y no pasó nada. La misma miasma.

Diosdado, ahora bautizado “Pimentón” por el “Gato” Briceño, gobernador de Monagas ­infiere uno que porque, tal como el fruto, está en todos los guisos­, y abierto aspirante a príncipe heredero ­lo cual no disimula­, también produjo una chavotada no menos estrambótica.

Señaló como “racista” la caricatura de Weil en este diario sobre el drama del Guarapiche y de inmediato uno de sus alabarderos promovió un debate en la Asamblea Nacional sobre Tal Cual . Curiosamente, nunca se habló de la caricatura ni de su autor. Todo el tiempo se le fue al pichón de Catón en atacar, con los insultos de costumbre, tanto al director del diario como a su jefe de Redacción, y en general, en abstracto, a todo el equipo que elabora el periódico. Terminó proponiendo una investigación sobre la línea editorial de TalCual. Es difícil saber si la acusación de “racismo” a la caricatura de Weil es, como siempre, un pretexto para joder o realmente, formulada en serio, constituye una muestra de suprema ignorancia.

El concepto de “afrodescendiente” fue inventado en Estados Unidos, dentro del contexto histórico y cultural de esa nación, donde hasta una guerra civil se produjo por la esclavitud y donde la palabra “negro” estuvo siempre cargada de una connotación despectiva e hiriente y por eso recientemente se la eliminó del habla corriente. Pero en nuestro país la palabra “negro” muy rara vez es utilizada como agravio, porque el sedimento racista en nuestra sociedad es muy tenue y constituye un vocablo no sólo apelativo sino cargado de cariño y cordialidad. Utilizar entre nosotros el concepto “afrodescendiente” implica, más bien, un rastacuerismo pitiyanqui.

Por cierto, ¿la investigación sobre la línea editorial de TalCual anuncia acaso la aparición de aquella totalitaria Policía del Pensamiento, acompañada de la censura previa?.

«Ahmadineyad, Chávez y la peligrosa «Guerrita fría»,

por Carlos Alberto Montaner

Carlos Alberto Montaner es periodista cubano residenciado en Madrid.

El comportamiento más grave de cualquier gobernante es la imprudencia temeraria. ¿En qué consiste? Esencialmente, en arrastrar intencionadamente a las sociedades que dirigen a conflictos innecesarios potencialmente devastadores. No tiene nada que ver con la defensa de principios, sino con la irresponsabilidad y la estupidez. Ni siquiera está emparentada con la valentía, porque las consecuencias las pagan otros.

Cuando un tipo insensato camina por una cuerda floja a cien metros de altura, se juega su propia vida y es posible que despierte alguna admiración por su disposición a morir. Cuando el que camina por la cuerda floja es un gobernante irresponsable, quienes caen y mueren son los miembros inocentes de la comunidad que preside.

Acabamos de ver un caso de imprudencia temeraria que debería estudiarse en los libros de texto sobre cómo no se debe gobernar. El dictador Ahmadineyad, señor de una teocracia brutal que practica el terrorismo, patrocina a Hezbolá, lapida mujeres, asesina homosexuales y reprime las libertades, fue invitado por Hugo Chávez a una gira por el circuito de los países del Socialismo del Siglo XXI.

Cuatro de ellos —Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador— lo recibieron con los brazos abiertos, se solidarizaron con el personaje y dieron vivas a una “revolución islámica” que desde 1979 se dedica a retrotraer a los persas a modos de vida medievales controlados por fundamentalistas religiosos.

Es evidente que Irán ya está en guerra con EE.UU., la Unión Europea (UE) e Israel. No es algo que pudiera ocurrir. Ya está sucediendo. Esa guerra, que por ahora se libra en el terreno económico, en las sanciones comerciales multilaterales y en las acciones encubiertas, y que a corto plazo pudiera convertirse en un enfrentamiento convencional, tiene su origen en el peligrosísimo desarrollo de armas nucleares por parte de un gobierno fanático que no vacila en declarar que está dispuesto a “borrar del mapa” al estado judío.

¿Hay que creerle a Ahmadineyad cuando amenaza a Israel? Por supuesto que hay tomarlo en serio. Unos siniestros personajes capaces de planear el asesinato del embajador saudí en Washington o de volar la AMIA en Buenos Aires —una institución judía de beneficencia— y matar a un centenar de personas inocentes, son capaces de cualquier locura.

Chávez está precipitando a Venezuela y a sus satélites al desastre. ¿Por qué lo hace? Porque este caudillo iluminado, influenciado por Fidel Castro, ambos afectados por el mismo síndrome redentorista, elemento típico de las personalidades mesiánicas, está empeñado en construir un frente internacional que destruya a EE.UU. y a la economía de mercado para instaurar sobre la tierra un régimen colectivista guiado por principios igualitarios. Ambos se ven como los herederos de la labor que dejaron inconclusa los traidores de la Unión Soviética, vendidos por el canalla Gorbachov.

Fidel Castro comenzó esta misión revolucionaria planetaria exactamente cuando desaparecieron la URSS y los países comunistas. En lugar de aceptar la derrota del marxismo-leninismo y el fracaso de todas las supersticiones de la secta, se lió la manta a la cabeza y salió a construir la nueva utopía comunista. Se puso al frente de una nueva “Guerrita fría”.

En 1991 reclutó para esa tarea a un Lula da Silva, un personaje escasamente instruido y demasiado pragmático para el gusto de Fidel, pero era lo que había disponible, y entre ambos confeccionaron el Foro de Sao Paulo, donde comparecieron desde los narcoterroristas de las FARC, hasta los sandinistas. Mas no había dinero ni voluntad política colectiva para ser efectivos y las reuniones no pasaron del parloteo ideológico. Eso cambió cuando Chávez entró en escena cargado de petrodólares.

En el 2001, Fidel Castro, en la Universidad de Teherán, invitado por el ayatola Ali Khamenei, hace su famosa profecía: “la colaboración entre Irán y Cuba puede poner de rodillas a EE.UU.”. ¿En qué está pensando? Sin la menor duda, en armas nucleares que Irán puede fabricar y que él puede llegar a poseer como parte de esa asociación, idea fija que no le abandona desde que llegó al poder y que en los últimos años suele defender con el ejemplo de Corea del Norte: esto los hace invulnerables.

Chávez, totalmente seducido por la estrategia diseñada por Fidel Castro, continúa desarrollándola tras la enfermedad que casi liquida al comandante cubano. Por eso Ahmadineyad merodea por tierras americanas. Por eso lo recibe un coro de gobernantes irresponsables convocados como figurantes. Algún día tendrán que explicarles a sus pueblos por qué los llevaron al despeñadero. Por cierto, la brasilera Dilma Rouseff se negó a formar parte de la comparsa. Es una persona sensata. 

Los ominosos paralelos entre Chávez y Humala

IBEROAMÉRICA

Los ominosos paralelos entre Chávez y Humala

Por Carlos Atocsa

Hace como seis años, una empresa de televisión por cable local incluía en su paquete el canal estatal venezolano VTV (Venezolana de Televisión). Esta estación difundía Aló Presidente, una especie de maratón televisivo de la más baja estofa en el que Hugo Chávez fungía de moderador (¡vaya ironía!), bravuconeaba sobre su revolución bolivariana y recordaba a todo el mundo quién manda en su país.

Yo veía de vez en cuando ese programa, absorto; era testigo de cómo un pueblo, en pleno siglo XXI, sucumbía a la más primitiva campaña de demolición de sus instituciones democráticas y de su economía.

Ante el auditorio mejor pagado de la nación (ministros, generales, funcionarios, militantes gobiernistas, etc.), el líder del sedicente socialismo del siglo XXI contaba chistes (que, curiosamente, todos encontraban muy risibles), ordenaba el cierre de medios de comunicación, anunciaba confiscaciones y estatizaciones, promovía la ocupación de predios de propiedad privada, azuzaba a sus hordas (los temibles círculos bolivarianos, armados y financiados con recursos públicos) para que amedrentaran a los seguidores de la oposición, entre otras tropelías. Y todo en vivo y en directo.

Observando a todos esos sujetos que, imperturbables, tenían que aplaudir y festejar durante horas las ocurrencias del líder, del cual dependían sus sueldos, me preguntaba si esas delirantes imágenes podían repetirse en mi país.

¿Habrá en el Perú personajes como los venezolanos José Vicente Rangel, que fungió de vicepresidente y canciller; Aristóbulo Istúriz, un mediocre lisonjero que fue ministro de Educación; Nicolás Maduro, un rufián que llegó a presidente del Legislativo, o Mario Silva, el conductor con modales de sicario de ese esperpento televisivo llamado La Hojilla, y que varias veces se ocupó del Perú? Estos impresentables secuaces y lamebotas son indispensables en toda dictadura.

Pues sí, sí los hay, y están embarcados todos en la versión peruana del chavismo, comandada por el teniente coronel Ollanta Humala. Está Omar Chehade, un discreto abogado que hoy es candidato a la primera vicepresidencia y que se arroga el dudoso mérito de ser un campeón de la lucha anticorrupción, cuando su estudio asesoró a Julio Salazar Monroe, un conocido cómplice de Montesinos, mientras él ostentaba el pomposo cargo de procurador anticorrupción. Está Javier Díez Canseco, que, ya resignado a no ser el Lula peruano (él fue el primero en seguir de cerca el proceso del PT brasileño), le ha vendido esa idea… no a un sindicalista como Mario Huamán, sino a un militar fascista como Humala, que gustosamente la compró por pura estrategia electoral, ya que en los hechos su propuesta sigue siendo chavista: he aquí una muestra más de lo extravagante e incoherente que es esta propuesta política.

También están los oportunistas de última hora que se han subido al jeep de Humala. Gente como Kurt Burneo, que –junto con su ex líder Alejandro Toledo– acuñó antes de la primera vuelta la frase «Salto al vacío» para referirse a la candidatura de Humala y que, en un acrobático salto dialéctico, ahora sostiene que no era para tanto y que en verdad se trataba de un «salto a la piscina, pero con agua (sic)»; Humberto Campodónico, que aún no nos explica por qué las políticas estatistas bolivianas en materia de hidrocarburos, que tanto alababa y que terminaron en un estrepitoso fracaso –véase el reciente gasolinazo–, pueden tener éxito en nuestro país; Baldo Kresalja, que promovió en el 2004 la regulación estatal de los contenidos de los medios de comunicación, o Francisco Eguiguren, que después de publicar varias decenas de artículos y libros sobre el fracaso de la Constitución de 1979 se apresta a desempeñar una papel estelar en la desaparición de la actual, de 1993.

Son los tontos útiles, en la expresión atribuida a Lenin, que todo dictador necesita en su travesía al poder. Luego los sustituyen o arrojan con desprecio, precisamente por su origen oportunista o por su negativa a seguir doblegando la cerviz. Y es que los dictadores no conocen otra forma de lealtad que la sumisión absoluta.

Publicadas por Ricardo Valenzuela a la/s 4:50 PM 0 comentarios

De Uribe a Santos

LAS GUERRAS DE TODA LA VIDA

De Uribe a Santos

Por Horacio Vázquez-Rial

Que Juan Manuel Santos no es Álvaro Uribe es algo que nadie ignora. No hay continuidades netas entre presidentes en ninguna parte, ni siquiera cuando existe una concepción idéntica del Estado y de la nación, como en el caso del Brasil, donde la coherencia entre Cardoso, Lula y Roussef en los grandes trazos de la política exterior e interior es evidente. Allí, Roussef vino a corregir la deriva filoiraní de Lula, que era lo único que alteraba el conjunto.

Si llega a la presidencia Mariano Rajoy, se parecerá a cualquier otro gobernante que se nos pueda ocurrir, pero muy poco a José María Aznar. Ahora bien, habrá más afinidades entre ellos que las que hay hoy mismo entre Santos y Uribe. Porque lo que está en juego en Colombia es la concepción del Estado y de la lucha contra las FARC.

Estuve en Bogotá durante la campaña presidencial de Andrés Pastrana y tengo plena conciencia de lo que se esperaba de él entonces. Como la historia no se puede construir con supuestos, tengo que atenerme a un hecho desolador: Marulanda, Tiro Fijo, humilló al presidente de Colombia y destrozó de un solo golpe cualquier idea relativa a la posibilidad de acabar por las buenas con las FARC. Lo que se perdió en aquel célebre plantón de Tiro Fijo a Pastrana fue la noción de que el Estado pudiera negociar en pie de igualdad con una organización terrorista. Ratifico: en pie de igualdad. Como si los narcoterroristas y traficantes de armas de las FARC fuesen un Estado paralelo, incluso alternativo, al Estado real colombiano, que ciertamente, como se ha sostenido en repetidas ocasiones, no abarca ni puede proteger todo el territorio. Lo que no basta para ponerlo en duda. Tampoco los Estados Unidos rigieron como tales en todo su territorio nominal hasta un siglo después de la declaración de su independencia.

Álvaro Uribe vino a corregir ese desaguisado, poniendo cada cosa en su lugar: el Estado y la organización terrorista. Nunca antes se habían logrado tantos avances en ese terreno. Y nunca antes habían sido tan claros los límites entre unos y otros.

Desde su llegada al poder, Santos dejó claro que las cosas ya no iban a ser iguales. Empezó por mejorar las relaciones con Venezuela, y ha llegado al extremo de decir que había que «pasar página». La semana pasada, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con sede en Londres, dio a conocer un informe en el que precisa las relaciones de Hugo Chávez con las FARC, consecuencia del análisis del ordenador y los documentos en poder de Raúl Reyes, según informa Salud Hernández-Mora en El Mundo del pasado viernes. En el artículo de Hernández-Mora se sostiene que los servicios de inteligencia venezolanos, tras el golpe de estado fallido de 2002,

prometieron apoyo (a las FARC) y en contraprestación la organización criminal se comprometía tanto a formar grupos paramilitares para neutralizar intentonas golpistas como a enviar sicarios que asesinaran opositores molestos.

También se recogen en el texto declaraciones de Nigel Inkster, director del IISS para Amenazas Transnacionales y Riesgo Político, y supervisor del estudio del que hablamos:

Chávez quiso proteger a las FARC en caso de una invasión armada de Estados Unidos y concibió al grupo terrorista como parte de un frente revolucionario continental.

Por otra parte, el experto colombiano en seguridad Alfredo Rangel dice que «fue política de Estado de Chávez el derrocamiento del gobierno colombiano [de Uribe] a través del fortalecimiento estratégico de las FARC», a las que prometió 300 millones de dólares.

¿Quién encargó al IISS este trabajo y le entregó los materiales de Reyes? El ministro de Defensa de Uribe en 2008, que era, a la sazón, Juan Manuel Santos, hoy presidente, que tiene por «nuevo mejor amigo» (sic) a su vecino Chávez.

Explica Ramón Pérez-Maura en su columna de ABC del domingo 15 de mayo:

Se está tramitando en el Congreso una Ley de Víctimas en cuyo artículo 3 se hace una referencia al «conflicto armado» que vive Colombia. Es una ley en la que se iguala a todas las víctimas –sea quien fuere el que las provocó–. Uribe ha salido lanza en astillero a arremeter contra la iniciativa: dice que hablar de conflicto armado daría a las FARC un estatuto de beligerancia frente al de terroristas que tienen en la actualidad –y desde la Presidencia de Andrés Pastrana–. Si ya es de por sí grave la discrepancia, la escenificación de la misma ha sido especialmente penosa. El lunes Uribe reunió a los portavoces de su Partido de la U para bloquear el proceso y varios comparecieron con él para denunciarlo. El martes, el presidente Santos comparecía con los mismos voceros y otros congresistas del Partido de la U además de altos mandos militares para discrepar del presidente Uribe y manifestar su voluntad de llevar la Ley de Víctimas adelante.

Todo esto tenía que saltar a la luz pública tarde o temprano, y Santos venía adelantando su posición desde hacía tiempo. Por si a alguien en España se le ha olvidado, o le cuesta relacionar una cosa con la otra, recuerdo a mis lectores que hace un mes que el presidente colombiano visitó España y no se recató en decir que contaba con la asesoría de Baltasar Garzón en esta nueva etapa política en relación con las FARC: «El conocimiento del juez Baltasar Garzón para nosotros es muy útil (…) El juez Baltasar Garzón ha sido una de las personas que más ha debilitado a ETA y al crimen organizado (…) El problema del juez con las Cortes Españolas es con las Cortes Españolas y yo no me voy a meter ahí», explicó.

Bueno, en esto está Santos. En dar un paso atrás en casi todo. Nadie le pide que vaya a la guerra con Venezuela ni nada parecido. Sólo que preserve algunos principios.

Publicadas por Ricardo Valenzuela a la/s 4:49 PM 0 comentarios

Correa, entre la democracia liberal y la democracia dictatorial

ECUADOR

Correa, entre la democracia liberal y la democracia dictatorial

Por Carlos Alberto Montaner

El presidente Rafael Correa convocó a referéndum para cambiar Ecuador y acabó descubriendo que quien debe cambiar es él. Cuando redacto estos papeles no se sabe si ganó o perdió la consulta (probablemente triunfó por los pelos), pero lo importante ha sido confirmar que el país está dividido por la mitad, lo que anula la suposición de que sólo lo adversan los pelucones de la burguesía urbana.

No era cierto: en esa mitad que votó en su contra necesariamente hay cientos de miles de ecuatorianos de los niveles sociales más pobres, incluidos muchos indígenas, y un gran sector de la clase media. Correa no ignora, además, que si en el cómputo se hubiesen tenido en cuenta las boletas anuladas o en blanco –es decir, electores que no respaldaron sus propuestas–, como suele ser la regla en ese tipo de comicios, habría salido claramente derrotado. Cambió las reglas para beneficiarse.

Si Correa fuera un estadista sereno, advertiría que en el país no hay consenso para su revolución ciudadana, en la medida en que tras esa etiqueta se esconde el propósito de dotar al presidente de unos poderes ilimitados. La inmensa mayoría de los ecuatorianos seguramente está de acuerdo con él cuando afirma que el poder judicial está podrido –como prácticamente todo el aparato estatal–, pero la forma de adecentarlo no es entregar toda la autoridad al Ejecutivo para que haga lo que le dé la gana. El país no quiere jueces venales, pero tampoco quiere que el presidente asuma los otros poderes que equilibran y dan sentido y forma a la estructura republicana.

La mitad de los ecuatorianos tampoco está de acuerdo en controlar las informaciones y las opiniones que vierte la prensa. De eso se encarga el consumidor, con su preferencia diaria. Si no le gusta el periódico, no lo compra. Si no le gusta la estación de TV o de radio, simplemente cambia de canal. Lo que no es de recibo es que el presidente, obcecado por su naturaleza colérica, demande judicialmente a los periodistas que lo critican, encarcele a los ciudadanos que le enseñan el dedo medio en señal de desaprobación y pretenda convertir a los medios de comunicación en un amable coro de sicofantes.

La función del Estado no es vigilar a la prensa; es la prensa, de hecho, la que debe vigilar al Estado. Lo grave no es que los accionistas de un diario lo sean también de una cementera o de una fábrica de tornillos, sino que el Estado controle medios de comunicación, medios que jamás investigarán la actuación de los funcionarios públicos ni, mucho menos, condenarán al presidente. Ahí sí existe un enorme conflicto de intereses que no es tolerable en una sociedad realmente moderna y progresista.

Lo que pretende hacer el presidente Correa –y ojalá desista tras los resultados del referéndum– es demoler los cimientos de la democracia liberal y sustituirlos por una democracia dictatorial.

No estoy jugando con las palabras. La democracia liberal es el tipo de Estado en el que la masa consiente en ser gobernada si constitucionalmente se protegen los derechos individuales, incluido el de propiedad, si se establece una división de poderes que limite la autoridad de los mandatarios y si existe una economía de mercado en la que la función de producir recaiga, fundamentalmente, en la sociedad civil. O sea, el modelo de convivencia que encontramos en los treinta países más desarrollados y felices del planeta.

En cambio, la democracia dictatorial, descrita y defendida por el dominicano Juan Bosch en un ensayo de 1969 titulado Dictadura con respaldo popular, revivida por Chávez en el llamado socialismo del siglo XXI, con antecedentes remotos en el despotismo ilustrado de los siglos XVII y XVIII, es un tipo de Estado en el que la autoridad, ejercida por un caudillo excepcional legitimado en las urnas por una mayoría que abdica de sus derechos y del control de sus vidas, se impone a la masa, supuestamente para su gloria y beneficio, algo que casi nunca sucede en la práctica, porque los treinta pueblos más pobres y desdichados del planeta caen, precisamente, en esa categoría.

¿Rectificará el presidente Correa? Ojalá, pero me temo que no. Estamos ante un problema de deformación del carácter. Sé que la conducta se puede transformar, pero para ello el sujeto tiene que estar avergonzado de ciertos comportamientos negativos, y no hay síntomas de que Correa sea capaz de asumir humildemente una visión autocrítica. No está en su naturaleza.

Publicadas por Ricardo Valenzuela a la/s 4:48 PM 0 comentarios

Etiquetas: , , ,

La cruel igualdad americana

Strauss-Kahn

La cruel igualdad americana

Cristina Losada

Qué curiosa paradoja ésa de que dónde más intervienen los gobiernos en la vida privada del ciudadano, se insista en conceder al político una esfera privada inviolable, no sometida a evaluación ni a escrutinio.

La detención de uno de los hombres más poderosos del mundo, acusado de agresión sexual, ha provocado la conmoción natural ante un suceso de esa clase. Y digo bien: la detención, pues a la vista de algunas reacciones a este lado del Atlántico, se ha de concluir que ha causado más estupor el arresto que el posible delito de Strauss-Kahn. Cierto, no todos los días se extrae de un avión, a punto del despegue, al director de un organismo internacional a fin de llevarle esposado ante la justicia. Y cierto también, esa actuación policial es prácticamente impensable fuera de los Estados Unidos de América. Pero resulta que allí ocupar un alto cargo, e incluso uno de enorme relevancia, no impresiona a la policía ni al juez. ¡Qué raro país! Trata de igual modo a un vulgar camello de Harlem que al elegante director del FMI. Y si han de hacer noche en comisaría, los mete en la misma celda.

En algún periódico francés, esa expeditiva acción de la policía, ese trato sin contemplaciones –»cruel», según el PSF– dispensado al gran señor de las finanzas, se ha relacionado con el ancestral puritanismo americano. Allí, sentencia el tópico, son más estrictos con la vida privada de las figuras públicas y no se admiten excursiones al lado salvaje: ni canas al aire ni adulterios ni intentos de violación. En suma, son muy poco tolerantes y especialmente intransigentes con los que se dedican a la política. Y ese alto grado de exigencia produce extrañeza y lamentos en la vieja Europa, que recuerda casos como el de Mitterrand: de haberle requerido que fuera un marido ejemplar, nos lo habríamos perdido. Qué lástima. Y qué curiosa paradoja ésa de que dónde más intervienen los gobiernos en la vida privada del ciudadano, se insista en conceder al político una esfera privada inviolable, no sometida a evaluación ni a escrutinio.

Ahora sabemos que todo el mundo sabía. Se había escrito que Sarkozy le advirtió que debía de tener cuidado: «Ahí se no se andan con bromas. Evita coger el ascensor tú solo con una becaria, ya sabes a lo que me refiero. Francia no se puede permitir un escándalo». Pero el conocimiento de su incontinencia no impidió que se le propusiera para el cargo. Así, de esa tradición europea de indulgencia hacia la vida privada del hombre público, de la costumbre de recibir con un guiño comprensivo conductas poco edificantes, se ha derivado el escándalo. Y el descrédito para el FMI y para Francia.

Una receta contra la corrupción policial

Una receta contra la corrupción policial

Andres Oppenheimer

CIUDAD DE MEXICO — Durante una visita a México, me enteré de una interesante idea para ayudar a combatir la oleada de asesinatos, secuestros y otros problemas de seguridad que está azotando a la mayoría de los países latinoamericanos: crear grupos de auditoria independientes para monitorear a las fuerzas policiales.

En México, la corrupción policial es un problema muy antiguo, que ha empeorado con el creciente poderío de los carteles de narcotráfico. Muchos mexicanos creen que las fuerzas policiales son el problema, más que la solución. No es sorprendente que un viejo chiste mexicano diga: “Si te asaltan en la calle, no grites. ¡Puede venir la policía!”.

Pero ahora, con la violencia relacionada con el narcotráfico que ha causado unas 40,000 muertes en los últimos cinco años, los mexicanos están desesperados por encontrar una solución que acabe con el derramamiento de sangre. El 8 de mayo, alrededor de 70,000 personas se reunieron en el centro de Ciudad de México para exigir al gobierno terminar con la ola de violencia, y pedir la renuncia del Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

Al igual que marchas similares que se han producido en los últimos años en Argentina, Colombia y varios países centroamericanos, la protesta del fin de semana fue encabezada por un padre cuyo hijo fue asesinado en un crimen que atrajo la atención nacional. Como en los casos anteriores, fue un estallido de frustración masiva ante los estratosféricos índices de criminalidad.

Pero Ernesto López Portillo, director del Instituto para la Seguridad y la Democracia de México, argumentó en una lucida columna del diario El Universal que la mayoría de estas manifestaciones públicas serán fútiles si los países no crean comisiones civiles independientes para monitorear la acción de fuerzas policiales que a menudo protegen a los criminales, o están involucradas directamente en actos criminales.

“Hay un consenso mundial según el cual la inseguridad y la violencia son fenómenos multifactoriales que deben atacarse con estrategias multidimensionales . . . Pero creo que nadie con intereses legítimos dudaría siquiera que una de ellas es transformar radicalmente nuestras policías”, escribió. “Si no las arreglamos, cualquier otra medida será ineficiente e ineficaz”.

López Portillo propone la creación de un grupo civil de vigilancia para inspeccionar el accionar de las fuerzas policiales, algo muy semejante a la Comisión Independiente de Quejas Policiales de Inglaterra, el Ombudsman Policial de Irlanda del Norte, o grupos similares de Los Angeles, Nueva Orleans, Miami y docenas de ciudades estadounidenses.

Intrigado por su propuesta, le pregunté a López Portillo que diferencia hay entre las instituciones que él está proponiendo y las Comisiones de Derechos Humanos, Oficinas del Defensor del Pueblo que ya existen en varios países latinoamericanos.

Según me señaló, mientras las comisiones de Derechos Humanos y las Defensorías del Pueblo sólo pueden hacer recomendaciones, los grupos independientes de monitoreo policial tienen mayores poderes investigativos, que en muchos casos incluyen poderes de emplazamiento judicial a testigos, así como también mayor influencia para exigir cambios en las fuerzas policiales.

“La tendencia internacional es fortalecer al máximo posible el control externo”, me dijo. “America Latina está muy a la zaga en esto”.

Según los líderes de varios grupos de monitoreo policial estadounidenses, el secreto de su éxito es que no dependen de los departamentos de policía. En el caso de Miami, el Panel de Investigación Civil es una agencia dependiente de la ciudad de Miami, y envía los resultados de sus investigaciones directamente al administrador de la ciudad, que está a cargo de la policía. El panel está compuesto por 13 miembros y lleva a cabo un promedio de 200 investigaciones anuales. Aunque sus opiniones no son de cumplimiento obligatorio, a menudo son acatadas, según me dicen sus funcionarios.

“El hecho de que tengamos el poder de emplazar judicialmente a testigos, incluidos funcionarios policiales, hace toda la diferencia”, me dijo Thomas J. Rebull, el presidente del Panel de Investigación Civil. “Cuando los departamentos de investigaciones internas de la policía sienten que alguien los está vigilando, se vuelven más cuidadosos”.

Mi opinión: A la larga, la reducción de la criminalidad en Latinoamérica —que según la Organización Mundial de la Salud se ha convertido en una de las regiones más violentas del mundo— dependerá, entre otras cosas, de la mejora de los estándares educativos, de terminar con la impunidad de los criminales, y de lograr que Estados Unidos reduzca su adicción a las drogas y acabe con el contrabando de armas pesadas que van a los carteles de narcotráfico.

Pero nada de eso bastará si los países no limpian la corrupción de las fuerzas policiales. La creación de comisiones de auditoria externa de la policía es una idea que México y otros países de la región deberían considerar muy seriamente.

Analiza EU posible inmunidad diplomática de Strauss-Kahn

Analiza EU posible inmunidad diplomática de Strauss-Kahn

El director del FMI fue instruido este lunes de cargos de abuso sexual contra una empleada de un hotel de Manhattan en una corte criminal

Notimex

WASHINGTON, 16 de mayo.- El Departamento de Estado informó hoy que analiza si el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), el francés Dominique Strauss-Kahn, goza de inmunidad diplomática ante su proceso por presunto ataque sexual en Nueva York.’Entiendo que se está analizando en este momento, pero más allá de eso no puedo dar más detalle’, dijo el portavoz diplomático Mark Toner a pregunta expresa sobre si los miembros del FMI o el Banco Mundial gozan de inmunidad.

Strauss-Kahn fue instruido este lunes de cargos de abuso sexual contra una empleada de un hotel de Manhattan en una corte criminal de la ciudad, donde una jueza le negó la libertad bajo fianza.

El director del FMI, que se declaró no culpable, enfrenta los cargos de acto sexual delictivo en primer grado, privación de libertad en segundo grado, intento de violación de primer grado y abuso sexual en primero y tercer grado.

El Departamento de Estado se limitó a señalar que fueron notificados de la detención de Strauss-Kahn poco después de su arresto el sábado en Nueva York, pero puntualizó que sólo responderán las preguntas de los investigadores.

‘Esta es una investigación en marcha, así no me es cómodo describir nuestro papel en gran detalle’, manifestó Toner.

Strauss-Kahn, quien era mencionado como fuerte contendiente por la Presidencia de Francia, deberá comparecer nuevamente en corte el viernes 20 de mayo.

“El Chapo”, primer capo que creó un emporio transnacional

“El Chapo”, primer capo que creó un emporio transnacional de las drogas

El escritor Malcolm Beith descarta que Estados Unidos concentre sus esfuerzos para localizarlo debido a que para ellos no representa un grave riesgo

EFE

CIUDAD DE MÉXICO, 16 de mayo.- El capo Joaquín «El Chapo» Guzmán, quien salió de la miseria para convertirse en Uno de los hombres más ricos del mundo, es el primer mexicano que creó un emporio transnacional de las drogas, afirmó hoy el escritor británico Malcolm Beith.

«El cartel de Sinaloa, según las agencias de inteligencia, es una empresa transnacional, con vínculos en todo el mundo, y sus principales mercados son Estados Unidos y ahora Europa del Este», dijo en entrevista con Efe Beith, autor del libro «El último narco» (Ediciones B, 2011).

Esa organización del Pacífico mexicano comenzó a establecer nexos con narcotraficantes colombianos, pero pronto empezó a extenderse a la mayoría de países latinoamericanos y saltó de ahí a África, Europa y Asia.

De acuerdo con organismos de inteligencia, dicha agrupación hace presencia en varios países del este de Europa y en África. «Tiene vínculos con la mafia italiana, aunque no se ha comprobado que los tenga con la Yakuza japonesa», indicó el periodista.

«El cartel estaba usando sus centros de operación claves -Portugal, España, Alemania, Italia, Polonia, Eslovaquia y la República Checa- para establecer una base patrimonial para sus activos», señaló Beith.

Además, dijo, tiene grandes nexos con naciones asiáticas como China, Tailandia y Vietnam, donde obtiene, por medio de grandes empresas, los químicos necesarios para producir anfetaminas.

Beith cuenta en «El último narco» cómo «El Chapo» fue capturado en 1993 en Guatemala y en 2001 se fugó del penal de alta seguridad de Puente Grande, en el estado mexicano de Jalisco, para volver a tomar las riendas de su organización, a la que convirtió en la más poderosa de México y logró su expansión internacional.

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera es uno de los delincuentes más buscados de México y Estados Unidos, y figura en la lista de los más ricos del mundo elaborada por la revista Forbes, que calcula su fortuna en unos mil millones de dólares.

«El Chapo» nació en 1957 en La Tuna, un poblado de 200 habitantes ubicado en el municipio de Bardiraguato, en el norteño estado mexicano de Sinaloa.

«El joven Chapo quería salir de ahí, su padre lo golpeaba con frecuencia y cuando era adolescente lo corrió de la casa y se fue a vivir con su abuelo», señala Beith en el libro, tras destacar que trabajó día y noche en el campo y «no tuvo infancia de ningún tipo».

El exeditor de Newsweek, quien visitó en tres ocasiones Badiraguato -considerado la cuna del narcotráfico- en busca de las huellas de «El Chapo», aborda en su obra el origen, crecimiento y la casi extinción de los principales grupos de narcotraficantes.

Narra cómo Miguel Ángel Félix Gallardo, fundador del tráfico de drogas en México, repartió los territorios entre varios grupos: Tijuana para los hermanos Arellano Félix, Ciudad Juárez para los Carrillo Fuentes y Sinaloa para «El Chapo».

Beith relata el ascenso de «El Chapo» y cómo se convirtió en uno de los mayores introductores de drogas a Estados Unidos por diversos medios, incluidos numerosos túneles.

Aunque «El Chapo» sea el más buscado en México, el escritor descartó que Estados Unidos concentre sus esfuerzos para localizarlo debido a que para ellos no representa un grave riesgo y no es un terrorista como lo fue Osama bin Laden.

Además, su captura no significa el fin del narcotraficante, pues las redes de las drogas permanecen debido a la existencia de un gran mercado en EE.UU., donde más del 12 % de la población son consumidores que gastan anualmente unos 65.000 millones de dólares en drogas, afirmó.

En Estados Unidos hay un millón de pandilleros que se dedican a la distribución de las drogas, por lo que para ese país es impensable una «guerra» directa, como la lanzada en México por el presidente Felipe Calderón en diciembre de 2006, añadió Beith.

Según los cálculos del Departamento de Justicia estadounidense, el narcotráfico genera a los carteles ganancias que se ubican entre los 19.000 y 40.000 millones de dólares.

Humala admite que fue “un error” vincularse con Hugo Chávez

Humala admite que fue “un error” vincularse con Hugo Chávez

HERRAMIENTAS

Foto: AFP PHOTO/ERNESTO BENAVIDES

Lima, 15 may (EFE).- El candidato nacionalista Ollanta Humala aceptó hoy que fue “un error” vincularse en 2006 con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y dijo que es “sincero” al afirmar que no intentará implantar un modelo “chavista” en Perú.

Humala, quien disputará el 5 de junio la segunda vuelta de la elección presidencial con la congresista Keiko Fujimori, también admitió, en una entrevista difundida por un canal local, que no ha sido “lo suficientemente contundente” para desmarcarse de Chávez, al que sus opositores y gran parte de la prensa peruana aún vinculan.

“Admito que fue mi error, nosotros hemos querido corregir todos nuestros errores, tomarle el pulso al país y darnos cuenta de que no es el mismo del 2006″, declaró en un diálogo con el periodista Mauricio Fernandini, quien conduce un popular programa de gastronomía en la cadena local Frecuencia Latina.

Humala dijo que al rectificar su posición “no actúa” y es “sincero” y especificó que sus diferencias con Chávez se dan porque no está de acuerdo “con las reelecciones indefinidas, con el control monetario, ni con el intervencionismo” estatal.

“He comprometido mi palabra de que voy a respetar la libertad de expresión (…) y la propiedad de los medios de comunicación”, indicó el candidato de la alianza nacionalista Gana Perú.

No ha sido “lo suficientemente contundente” para desmarcarse de Chávez

Aseguró, además, que ha entendido que al pueblo peruano “no le importa tanto el tema ideológico, sino el pragmático y programático”, que le ayude a superar sus problemas.

Sin embargo, ratificó que revisará los tratados de libre comercio que ha firmado Perú con más de una decena de países y bloques, entre ellos Estados Unidos, China y la Unión Europea (UE).

“Creo que se pueden modificar, pero lo haríamos dentro del marco jurídico internacional, para defender el mercado nacional”, señaló.

Durante la entrevista, realizada en un restaurante de Lima, Humala tomó con humor un comentario de Fernandini, quien le recordó que hubiera sido una víctima de un eventual Gobierno suyo, luego de que su madre declarase en 2006 que se debía fusilar a los homosexuales.

“Yo quiero mucho a mis padres…en mi infancia mi padre y mi madre nos han inculcado valores, mi madre cocinaba los fines de semana”, recordó el excomandante del Ejército peruano.

Reveló, además, que de joven quería emular al naturalista inglés Charles Darwin, por lo que estudió un año en una universidad de Lima, pero que al mismo tiempo leyó las biografías del mariscal Andrés A. Cáceres y del coronel Francisco Bolognesi, dos héroes peruanos, que le despertaron el interés por la milicia.

También recordó que las denuncias de supuestas violaciones a los derechos humanos cometidas mientras dirigía una base militar en un poblado selvático fueron archivadas por la justicia.

“Ese tema está cerrado, me absolvió el actual presidente de la Corte Suprema, César San Martín”, indicó en referencia al magistrado que también condenó a 25 años de cárcel al expresidente Alberto Fujimori, el padre de su rival Keiko.

Al responder a Fernandini sobre el machismo entre los militares, Humala aseguró que cree “que los hombres también tienen motivos para llorar” y que “los tiempos han cambiado” como para que ahora compartan las labores del hogar y también se dediquen a la cocina.

27 personas han sido decapitadas

Una espantosa masacre sacude a Guatemala: 27 personas han sido decapitadas

HERRAMIENTAS

GUATEMALA, 15 mayo 2011 (AFP) – Al menos 27 personas fueron asesinadas, todas ellas decapitadas, en una finca del norte de Guatemala, en una de las mayores matanzas de los últimos tiempos en este país, que estaría relacionada a las acciones de carteles mexicanos de drogas, informó este domingo la Policía.

“Entre los 27 muertos figuran dos mujeres. Todos fueron decapitados y ya se encuentran en el lugar varios equipos de la unidad de delitos contra la vida”, dijo a la AFP un portavoz de la Policía de Guatemala, Donald González.

El jefe de la Policía, Jaime Otzín, dijo que el múltiple crimen, del que por ahora hay escasos detalles, ocurrió en una finca de San Andrés, departamento de Petén, unos 500 kilómetros al norte de la capital.

“Tenemos dos hipótesis en torno al hecho, pero hay que avanzar en las investigaciones para determinar qué fue lo que ocurrió”, declaró Otzín a los periodistas.

Dijo que una hipótesis es que el crimen esté relacionado a acciones del cártel mexicano ‘Los Zetas’, que opera en esa región de Guatemala. La otra es que esté vinculado al crimen del agricultor Haroldo Waldemar León Lara, hermano del extinto narcotraficante guatemalteco Juan José León, asesinado en 2008 aparentemente por ‘Los Zetas’.

Haroldo León Lara fue asesinado este sábado cuando viajaba en una camioneta por un camino rural con más de 250.000 quetzales (unos 31.000 dólares) en efectivo, aparentemente destinados al pago de la nómina de su finca.

Aunque los 27 cadáveres decapitados fueron encontrados este domingo, hasta el momento la Policía no sabe cuándo ocurrió la matanza ni bajo qué circunstancias, dijo González.

La mayor matanza de los últimos años

Esta es la matanza con mayor número de víctimas registrada en los últimos años en Guatemala, que tiene uno de los mayores índices de homicidios en América Latina, un promedio de 18 al día. La mayoría de los crímenes son atribuidos a las bandas de narcos y a las temidas pandillas o ‘maras’.

El 30 de noviembre de 2008, fueron asesinadas 20 personas en la aldea Agua Clara, en el departamento de Huehuetenango (noroeste), cerca de la frontera con México.

El 7 de noviembre de ese mismo año, en una carretera del departamento de Zacapa (este), fueron encontrados dentro de un autobús los cadáveres quemados de 15 nicaragüenses y un holandés, quienes habían viajado a Guatemala para comprar mercaderías.

Las altas cifras de homicidios, y la ineficiencia del sistema judicial de un país donde el 98% de los crímenes quedaban sin sanción, llevaron a que la ONU creara la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), que comenzó a operar a fines de 2007.

La CICIG colabora con la Fiscalía en la investigación de los crímenes de alto impacto, además de tratar de detectar y erradicar a los aparatos criminales clandestinos incrustados en las instituciones del Estado. Varios ex altos funcionarios y ex jefes policiales han sido detenidos y enfrentan procesos gracias al trabajo de esta comisión.

La teoría de Ahmadinejad sobre la muerte de Bin Laden

La teoría de Ahmadinejad sobre la muerte de Bin Laden: “los americanos lo tenían prisionero hace tiempo”

HERRAMIENTAS

Foto: AFP

TEHERÁN, 15 mayo 2011 (AFP) – Estados Unidos tenía en su poder a Osama Bin Laden “desde hacía algún tiempo” cuando decidió matar al jefe de Al Qaida “por razones de política interna”, afirmó este domingo en una entrevista el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad.

“Tengo informaciones precisas según las cuales Bin Laden era prisionero del ejército estadounidense desde hacía algún tiempo (…) cuando éste decidió matarlo”, afirmó Ahmadienjad, entrevistado por la televisión iraní.

Ahmadinejad no precisó cuáles eran esas “informaciones precisas”.

Los norteamericanos “lo enfermaron, y cuando estaba enfermo lo mataron”, agregó el presidente iraní, que acusó a su homólogo estadounidense Barack Obama de haber tomado la decisión por razones electorales.

“El presidente norteamericano hizo eso por razones de política interna, en otros términos (los estadounidenses) lo mataron para garantizar la reelección del señor Obama”, afirmó.

Foto: AFP

Ahmadinejad acusó por último a Washington de “intentar ahora sustituir (a Bin Laden) por otra persona” a la cabeza de Al Qaida.

Irán, acusado por Washington de tener vínculos oscuros con Al Qaida pese a sus condenas del terrorismo son regularmente, recuerda con frecuencia que fue Estados Unidos el que ayudó y armó a ese grupo armado en sus comienzos, para luchar contra la URSS en Afganistán.

Teherán reaccionó oficialmente al anuncio de la muerte de Osama Bin Laden diciendo que los occidentales ya no tenían una justificación para su presencia militar en Afganistán e Irak y que debe abandonar la zona.