Archivo diario: septiembre 8, 2008

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La ‘Segunda Guerra Fría’ y Latinoamérica

HELSINKI, Finlandia

Antes de llegar aquí, creía que la Guerra Fría entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética era algo que solo existía en los libros de historia, y que Washington y Moscú hacía mucho tiempo que habían dejado de competir por enclaves geográficos en todo el mundo. Pero ahora, ya no estoy tan seguro.

Desde el momento en que llegué a Finlandia, un próspero país de 5.3 millones de habitantes, vecino de Rusia, me sorprendió el impacto que ha tenido en esta parte del mundo la reciente invasión rusa de Georgia. Aquí, los principales titulares no están dedicados a la campaña presidencial estadounidense, sino a la intervención militar rusa en Georgia tras la ofensiva militar de fuerzas georgianas en una región separatista de ese país.

Los vecinos de Rusia están aterrados por lo que consideran un nuevo despertar del ex imperio ruso, y por la posibilidad de que Moscú invada a otros vecinos para recobrar su antiguo poder.

Y temen que el activo apoyo del presidente Bush a la integración de Georgia como miembro de la OTAN pueda enfurecer aun más a Moscú y provocar una nueva Guerra Fría. La visita del vicepresidente Dick Cheney la semana pasada a Georgia, y su declaración de que la invasión de Rusia había sido universalmente condenada por »el mundo libre» fue vista por los comentaristas políticos europeos como una resurreción de la retórica de la Guerra Fría. Aquí ya se habla de «la Segunda Guerra Fría».

¿La nueva rivalidad entre EEUU y Rusia podría hacer resucitar la competencia entre las superpotencias para conseguir aliados en Latinoamérica?, les pregunté a varios académicos. Formulé esa pregunta porque, coincidentemente o no, hubo varias noticias sobre la creciente involucración de Rusia en la región en las últimas semanas:

El presidente venezolano Hugo Chávez, cuyo gobierno ha anunciado compras de armas rusas por valor de más de $4,500 millones en los últimos cuatro años, dijo que »serán bienvenidos» los buques de guerra rusos que quieran hacer escala en Venezuela. »Rusia se está levantando de nuevo como una gran potencia mundial», dijo Chávez.

El gobierno de Brasil anunciará esta semana un nuevo plan de fabricación de armas que, según el ministro de Asuntos Estratégicos Roberto Mangabeira Unger, incluirá una asociación con Rusia para producir aviones de combate y plataformas lanzamisiles. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, tiene prevista una visita a Brasil en noviembre para firmar éste y otros acuerdos, según fuentes diplomáticas.

El periódico ruso Izvestia y la agencia rusa de noticias Novosti dijeron a fines de julio que Rusia planea establecer una base militar en Cuba, en aparente respuesta al plan de Washington de establecer bases de lanzamiento de misiles en Polonia y en la República Checa. El Ministerio de Defensa ruso negó la noticia días después, y el plan permanece una incógnita.

Varios académicos escandinavos me dijeron que la idea de una »Segunda Guerra Fría» es un poco exagerada, porque el Ejército ruso está hecho añicos: entre otras cosas, es mucho más pequeño y desorganizado que el de la ex Unión Soviética. Y las actividades de Rusia en Latinoamérica no son más que maniobras de distracción, ya que Moscú está primordialmente interesado en sus países vecinos, agregaron.

No obstante, existe lo que el experto en asuntos rusos Stefen Hedlund, de la Universidad Uppsala, de Suecia, describe como un »serio enfrentamiento» entre Rusia y EEUU cuyas ondas expansivas pueden llegar a Latinoamérica.

»Obviamente, eso es parte del juego», me dijo Hedlund, refiriéndose a las noticias sobre la posibilidad de bases rusas en Venezuela y en Cuba. «Es parte de la guerra psicológica. El primer ministro Vladimir Putin está trazando una línea en la arena y diciendo: «Ningún otro país vecino ingresará en la OTAN».

Chris Arcos, un ex alto funcionario del Departamento de Seguridad Interna de EEUU, me dijo que ‘los rusos se sienten acorralados por los países occidentales, y dicen: `¿Por qué no jugar al mismo juego con Latinoamérica?’ Tienen necesidad de demostrar que todavía no están fuera de combate, que siguen siendo una superpotencia».

Mi opinión: Estas son malas noticias para Latinoamérica. Es cierto, muchos podrán argumentar que una nueva Guerra Fría obligaría a Washington y a Moscú a prestar más atención a la región,

y que eso permitiría a

algunos países manipular el enfrentamiento entre Washington y Moscú para su propio beneficio.

Pero los riesgos son más grandes que las potenciales oportunidades. Tal como consignamos en esta columna el mes pasado, Sudamérica ya ha incrementado sus gastos militares en un 33 por ciento en términos reales –después de la inflación– desde el 2000.

Lo último que necesita la región es convertirse en escenario –por distante que sea– de una nueva lucha entre superpotencias. Eso sólo contribuiría a aumentar los gastos militares, agravar las tensiones regionales, ahuyentar las inversiones y a producir mayor pobreza.

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El gobierno toma control de gigantes hipotecarias

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El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson hijo, habla durante una conferencia de prensa en Washington, el domingo 7 de septiembre de 2008 sobre la toma del control de las gigantes giants Fannie Mae y Freddie Mac.
Susan Walsh / Foto AP
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson hijo, habla durante una conferencia de prensa en Washington, el domingo 7 de septiembre de 2008 sobre la toma del control de las gigantes giants Fannie Mae y Freddie Mac.

El gobierno de Estados Unidos, en una acción destinada a evitar una crisis financiera, anunció el domingo que tomó el control directo de las gigantes hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, donde despidió a los altos ejecutivos de ambas empresas.

El secretario del Tesoro, Henry Paulson, argumentó que las medidas fueron tomadas porque «Fannie Mae y Freddie Mac son tan grandes y están tan entrelazadas en nuestro sistema financiero que una falla de cualquiera de ellas causaría una gran turbulencia en nuestros mercados financieros aquí en casa y en todo el mundo».

Ambas compañías fueron puestas bajo protección federal. Serán administradas por la Agencia Federal de Financiamiento de Viviendas, la nueva agencia creada por el Congreso para regular Fannie y Freddie.

Las enormes deudas que enfrentan ambas compañías como resultado de una escalada en la falta de pago de hipotecas podría costarle a los contribuyentes norteamericanos decenas de miles de millones de dólares, pero Paulson indicó que el impacto financiero sería mucho más grave de permitir que las dos empresas vayan a la quiebra.

«La bancarrota habría afectado la capacidad de los estadounidenses de recibir préstamos para viviendas, préstamos para vehículos y otros financiamientos», señaló el secretario del Tesoro.

Herb Allison, un ex vicepresidente de Merrill Lynch, fue seleccionado para encabezar a Fannie Mae y David Moffett, un ex vicepresidente de US Bancorp, fue escogido para encabezar a Freddie Mac, anunciaron las autoridades.

La Reserva Federal y otros reguladores federales dijeron el domingo en un comunicado conjunto que «una cifra limitada de instituciones más pequeñas» tienen gran cantidad de acciones en Fannie y Freddie y que los reguladores «están preparados para trabajar con esas instituciones a fin de desarrollar planes de restablecimiento de capital».

Las dos compañías tenían casi 36.000 millones de dólares en acciones preferidas en circulación hasta el 30 de junio, de acuerdo con documentos de la Comisión de Valores de Estados Unidos.

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Rusia enviará barcos y aviones para maniobras en Venezuela

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Hugo Chavez, inspecciona un helicoptero ruso Mi-17 en San Felipe.  Cuatro buques y unos mil militares rusos, así como fragatas misilísticas, escuadrones patrulleros y de transporte y unidades aeronavales y submarinas venezolanas participarán en los ejercicios conjuntos de fuerzas navales de Venezuela y Rusia.
AP Photo/Miraflores Press Office
Hugo Chavez, inspecciona un helicoptero ruso Mi-17 en San Felipe. Cuatro buques y unos mil militares rusos, así como fragatas misilísticas, escuadrones patrulleros y de transporte y unidades aeronavales y submarinas venezolanas participarán en los ejercicios conjuntos de fuerzas navales de Venezuela y Rusia.

Rusia dijo el lunes que enviará una escuadra naval y aviones de patrulla antisubmarinos a Venezuela este año para maniobras militares conjuntas, un anuncio en medio de tensiones crecientes con Estados Unidos.

La decisión de Rusia de enviar los barcos y aviones a los ejercicios navales fue tomada antes de que Moscú lanzase una guerra en Georgia el mes pasado, dijo el portavoz de la cancillería Andrei Nesterenko.

«Este despliegue había sido planeado previamente y no está relacionado con la actual situación política y los acontecimientos en el Cáucaso», dijo Nesterenko a la prensa.

Pero el anuncio fue hecho apenas una semana después de que el primer ministro ruso Vladimir Putin advirtiese que Rusia lanzaría una respuesta a recientes envíos de ayuda estadounidense a Georgia.

Nesterenko dijo que el crucero con misiles Pedro el Grande y otros tres navíos visitarán Venezuela antes del fin del año y que se les sumará una unidad de aviones de patrulla antisubmarinos.

El funcionario no dijo cuántos aviones serían enviados, pero indicó que estarían «estacionados temporalmente en una de las bases aéreas de Venezuela».

El presidente venezolano, Hugo Chávez, dijo el domingo que la planificación estaba en fase preparatoria y que los ejercicios podrían realizarse a finales de noviembre.

Chávez, que ha cultivado estrechos lazos con Moscú e hizo grandes pedidos de aviones de combate rusos, helicópteros y otras armas, ha advertido reiteradamente que la armada estadounidense representa una amenaza contra Venezuela.

Nesterenko afirmó que el ejercicio conjunto no estaría dirigido contra país alguno.

Rusia, sin embargo, se ha mostrado furiosa recientemente por el reciente empleo de barcos militares estadounidenses para entregar ayuda a Georgia, tras una guerra de cinco días con Moscú.

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Haití sumida en la desolación

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Frantz Samedi abraza a su hija muerta. La niña fue arrastrada por las aguas del huracán Ike.
PATRICK FARRELL / MIAMI HERALD
Frantz Samedi abraza a su hija muerta. La niña fue arrastrada por las aguas del huracán Ike.

Frantz Samedi estuvo buscando dos horas a su hija de 5 años entre los escombros que dejó el huracán y el agua lodosa, llamándola a gritos: «Tamasha, Tamasha».

Cuando finalmente la encontró, parecía estar plácidamente dormida, su cuerpo sobre una placa de hormigón mojado junto a otros 11 niños de entre 1 y 8 años. El hombre, de pelo cano, se abrió paso entre una multitud de sobrevivientes con una botella de agua en la mano. Se arrodilló junto al cuerpo sin vida de su hija y le quitó cuidadosamente el lodo con el agua.

«No puedo dejarla así», dijo Samedi entre sollozos. «El que debería haber muerto soy yo».

Ike le arrebató Tamasha y los otros niños a sus familias cuando el domingo barrió este pueblo pobre junto al mar. La tragedia aquí es sólo una pequeña parte de la gran devastación que causó el huracán en todo el país.

Haití despertó el domingo a un gran desastre humano en este pequeño pueblo al norte de Puerto Príncipe, la capital, donde poco después de las 2 de la madrugada la lluvia de Ike sacó a los vecinos de sus casas. Dos ríos desbordados se tragaron viviendas maltrechas, entrando con toda su fuerza por puertas y ventanas.

Ike mató por lo menos 61 personas en Haití, 57 de ellas en Cabaret, informaron las autoridades. Más de una docena eran niños, barridos por la lluvia y los ríos desbordados mientras su padres buscaban refugio en medio de la tormenta.

Pero el saldo total de varias tormentas seguidas aumentó a más de 300, informó el domingo el gobierno. Aproximadamente 1 millón quedó sin vivienda ante el embate de cuatro tormentas consecutivas en este país de 8.5 millones de habitantes abrumado por la pobreza.

Lo que la tormenta tropical Fay, el huracán Gustav y la tormenta tropical Hanna dejaron en pie, Ike lo acabó, destrozando viviendas y cosechas, dejando comunidades enteras anegadas por inundaciones.

Y en las ciudades más grandes –Gonaives y Cabo Haitiano en el norte, Les Cayes y Jeremie en el sur– quedaron completamente aisladas de la capital y unas de otras.

En el poblado de Mirebalais, en la planicie central, Ike provocó el derrumbe de un puente que era la única ruta desde Puerto Príncipe hasta Gonaives, donde impera el hambre y donde por segunda vez en una semana decenas de miles de habitantes se subieron al techo de sus viviendas para escapar las inundaciones. Los puentes que llevan a Gonaives desde Mount Rouis y Cabo Haitiano ya habían colapsado en los días anteriores y las carreteras estaban sumergidas.

«La situación es crítica», dijo Joanas Gué, nuevo ministro de Agricultura de Haití, en una entrevista telefónica desde Mirebalais, donde esperaba que el gobierno, con la ayuda de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas, pueda abrir un camino hasta Gonaives.

Otra infraestructura afectada fue el Dique Peligre, en el Valle Artibonite, en el noroeste, que genera electricidad para el país. El dique se llenó y hubo que abrirlo para evitar que se dañara, dijo Gué, quien agregó que eso hará que las aguas suban todavía más en las ya inundadas comunidades de Artibonite antes de llegar a Grande Saline, que ya estaba inundada.

Aunque la mayor parte de los 300,000 habitantes de Gonaives se habían marchado el domingo a ciudades cercanas –en su mayoría en autobuses escolares, mientras otros tuvieron que salir nadando días antes– unos 100,000 decidieron quedarse.

Mientras la realidad se hacía aparente, las autoridades locales culparon al gobierno nacional por no hacer suficiente y por permitirles construir viviendas en las márgenes de ríos.

Pero la culpa hizo poco por aliviar el golpe devastador a esta comunidad. Mientras los padres recorrían la zona llorando y gritando en busca de sus hijos perdidos, por todas partes había cadáveres. Un río arrastró a varios niños, otro a varios ancianos, dijeron los vecinos.

Las autoridades pasaron el domingo trabajando con la misión de Naciones Unidas en la evaluación de los daños y la policía estaba patrullando las calles.